Archivos para 13 febrero 2009

Genial Nacho Vegas (2)

Pues sí. Ya dije que habría que repetir, y eso hice. Anoche el bueno de Nacho volvió a deleitar a sus fans con su poesía musicada, propia de un genio como él. Enormes momentos a destacar cuando volvió a interpretar a solas "Ocho y medio" o "Canción del extranjero". Los pelos de punta, como escarpias, con el grande impertérrito frente al micrófono, impasible ante los gritos y las voces del público. Esta vez estaba aún más animado, como demostró compartiendo una bella y divertida anécdta que sirvió de intro a la majestuosa "El hombre que casi conoció a Michi Panero".
 
¡Qué grande eres, Nacho!. Gracias por otro concierto memorable.

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Crujidos

Cada obra de arte de este caballero se te mete dentro cuando te la regala, hasta que se hace tuya, propia. Gracias, Nacho.

Crujidos

"Y si no encuentras fuerzas para salir de aquí,

yo las sacaré de donde sea y seguiré sin ti."


Me dijiste algo así con voz grave y resignada,


me grabé tus palabras y me vestí listo para comenzar.




Día uno en pie, comienzo a andar,


he de aguantar, lo puedo hacer.


El día dos avanza hasta el final


y llega el día tres, lo vuelvo a estropear.


Así que vuelta a empezar.




Día uno en pie, no he de pensar,


ya es día dos, Alprazolam,


comienzo a hablar y no me hago entender,


y llega el día tres, lo vuelvo a estropear.




No preguntes ni por qué ni por qué no,


sólo yo sé el motivo y no es bonito.




Me mudaré a otro sitio, me iré de esta ciudad,


pero ahora es de mí mismo de donde me quiero escapar.




No me des flores cuando aquí hay lirios y rosas,


las querré el día en que ya no quede una sola.


Entonces, ¿me complacerás?


Y dime, ¿cómo lo harás?




Día uno en pie, ¿qué puedo hacer


para encontrar restos de fe?


El tiempo pasa doloroso y lento


y luego en un momento lo vuelvo a joder.


Y entonces vuelta a empezar..




Día una en pie, siento pensar


cómo evitar sentir, pensar,


morir de sed y beber del mar


y al segundo día he vuelto a fracasar.




Si te miento no será por mezquindad,


estas penas siempre llegan por torpeza.




Día uno en pie, ¿qué puedo hacer


sino esperar verlo acabar?


El día terminó con un crujido,


me despierto herido y grito en soledad.




Que es jodido ya lo sé,


pero no es dramático,


esto no es tan trágico,


esto no es un drama, no,


te diré mil cosas por las que llorar …

[Nacho Vegas]



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Genial Nacho Vegas

Acabo de llegar de un conciertazo de Nacho Vegas. Sus letras desgarradoras y su poética literatura melódica se clavan en directo aún más que en sus álbumes. Sencillamente fantástico.

Esto hay que repetirlo…

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Errores a través del espejo

Una de esas noches horribles de
insomnio. A pesar de estar cansado soy incapaz de conciliar el sueño. Y es
porque tengo la cabeza dando vueltas y más vueltas. Últimamente no es el mejor
momento, para qué negarlo, pero los últimos acontecimientos desatan explosiones
de ideas y pensamientos que no dejan de ser confusos.

Hay
ocasiones en las que, después de tantas cosas, te planteas cuáles son tus
buenas decisiones, y si tus actos han sido realmente acertados. Errores y
equivocaciones tenemos todos pero, ¿somos conscientes de ello? ¿Estamos
realmente al tanto de todas las cosas que hacemos mal? Incluso cuando nos
revelan su existencia nos cuesta verlo. No siempre podemos ver hasta qué punto
metemos la pata, y cuando aceptamos la posibilidad de haberlo hecho, es
entonces cuando nos planteamos que tal vez hemos estado haciéndolo durante
mucho tiempo, en muchos contextos. El actuar de buena fe no es suficiente para
no equivocarse, igual que el desconocimiento de una ley no exime de su
cumplimiento. El poder equivocarnos es un miedo al que hay que enfrentarse y
por el que luchar pero, ¿reconocemos nuestros errores cuando están ahí?
¿Diferentes opiniones reflejan inequívocamente nuestro desconocimiento de
dichos errores? 

Hace
poco alguien me dijo que me he estado equivocando. En mi opinión, no han sido
equivocaciones, o al menos no lo han sido conscientemente. Mi argumento era una
actitud cautelosa por evitar males mayores, aunque reconozco la posibilidad de
efectos secundarios adversos. ¿Hubiera sido acaso mejor actuar “por inercia” y
arriesgarme a un desenlace aún más desastroso? El fondo de la cuestión es si
estoy cometiendo esos mismos errores con otras personas y no estoy siendo
consciente de ello. Y el efecto de todo esto es que ahora me planteo cada paso
y cada palabra, aún más, por miedo a ser en realidad un “equivocante” nato, un “errador”
irremediable. 

Lo
único que puede hacerme conciliar el sueño ahora es, lejos de lavarme la
conciencia, confiar en mi buen criterio con la sincera intención de no
equivocarme nunca. Es algo difícil, es utópico, es irrealizable. Es una
Quimera. Lo que queda ahora es atenerse al perdón y a la misericordia que no
sabes si mereces porque no sabes si tú los concediste en su momento. Aparecen
el ángel y el demonio en sendos hombros, discutiendo a voces entre ellos, y tú
en medio. 

Nuestra estrategia, nuestros movimientos en la partida de ajedrez, son los que determinan el resultado. Es
ahora cuando recuerdas que una vez tú estuviste en el otro lado del espejo, en
el mundo de Alicia… y que al final, igual que ella, despertaste del sueño para
volver a la cruda realidad. 

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